Un
Colegio sin deberes. (I)
En
la pedagogía aplicada a la asignatura de Geografía e Historia
existe hace mucho un debate cuya síntesis se basa entre una
enseñanza significativa y una enseñanza memorística. Un nuevo
modelo de aplicación pedagógica basado en valores más clásicos o
la introducción de nuevas metodologías que el acceso a internet y
la posibilidad de manejar tecnología existe en el alumnado actual.
Albert
Einstein dijo que Educación es lo que queda después de olvidar lo
que se ha aprendido en la escuela. Es una certeza que cuando los
padres con hijos llegan a la etapa de secundaria ya no pueden
ayudarles tanto como antes porque las cosas que le son enseñadas al
alumnado muchas veces sobrepasan su propio conocimiento. Seguramente
a algo así se refería la cita anterior. Es una realidad que la
presión académica a la que se ve sometida el alumnado ha creado una
generación de progenitores que estudian con sus hijos, asumiendo
como propios sus éxitos y fracasos. Es habitual en tutorías con
padres exámenes que los revisan como sus propios hijos, donde el
aprendizaje del error no importa, sólo la suma de los puntos.
Aprender de los errores en la vida es tan o más importante que una
nota en la esquina superior de un examen.
El
propio ritmo de vida de los padres hace que muchas veces los hijos se
encuentren con horarios que a veces sobrepasan lo que podría ser una
jornada laboral. El alumnado con jornada ampliada, horario lectivo
normal y actividades extraescolares sufre una saturación de horas,
que a veces, sobrepasa los límites de lo razonable. La relación
entre padres sin tiempo, por motivos laborales, nos lleva al alumnado
sin tiempo porque en algún sitio deben estar.
La
metodología de evaluación clásica da un porcentaje sumamente
elevado a los exámenes, y aun se podría debatir mucho sobre si
realmente estos producen conocimiento. Durante años una vez pasados
unos días de la realización de algún examen, al preguntar al
alumnado sobre cuestiones que a mi entender resultaban muy conocidas
y aprendidas me sorprendía el alto porcentaje de alumnos que habían
olvidado completamente lo aprendido. Otra cuestión que año tras año
me sorprende es el tan numeroso número de alumnos que en la época
de exámenes sufren crisis de ansiedad al enfrentarse a los exámenes
escritos y cuyo resultado más visible es eso de :(....Profe me he
quedado en blanco”), y esto en alumnos con una trayectoria diaria
de trabajo sobresaliente.
Analizando
la metodología de estudio de los alumnos del primer ciclo de la ESO,
nos encontramos con una realidad que aparece constantemente. El padre
o la madre que te cuenta que no se puede creer que su hijo o hija
haya suspendido, porque ha estudiado mucho y le preguntó en casa y se
le sabía. Aquí es donde volvemos a retomar el debate inicial de ese
artículo. La memoria falla la comprensión forma parte de nosotros.
Una metodología de estudio basada en el puro estudio memorístico,
sin muchas más herramientas de asimilación, nos lleva a unos
resultados académicos que no cuadran muchas veces con la propia
realidad del alumno.
Hay
una realidad innegable en todo este proceso. El alumnado trabaja en
función de la exigencia evaluativa que tengamos. Si el porcentaje
del examen es muy elevado, y su evaluación depende de esta nota, al
final lo único que hacemos es fomentar una comprensión memorística
donde padres e hijos repiten cosas que la memoria suele olvidar al
ser conceptos o palabras de poco uso en sus vidas diarias.
Si
a un alumno le preguntas cuanto tiempo estudia diariamente te va a
decir una cierta cantidad de tiempo. Si le preguntas cuanto tarda en
hacer los deberes el tiempo suele coincidir con el tiempo de estudio.
Para muchos alumnos estudiar es hacer los deberes y ya cuando tenga
las fechas de los exámenes cercanas me pondré a estudiar. Si
mandamos deberes, hacen deberes, si ponemos fechas de exámenes,
preparan éstos. Decir otra cosa es engañarnos a nosotros mismos. El
éxito académico tiene más que ver con una metodología adecuada de
trabajo, que con la propia inteligencia, y aunque ésta es un factor no
tiene porque ser el más determinante en un buen expediente
académico.
Hace
mucho tiempo que no envío actividades de la asignatura de Geografía
e Historia para casa. Me encontraba una serie de problemas que se
repetían constantemente. (….Profe es que no lo entendía;....Profe
no es mi culpa que estén mal, yo los he hecho, etc...). La única
motivación del alumno era que no le pusiese una nota en la agenda,
el aprendizaje era realmente algo secundario. Hoy día la realidad es
que el alumnado que tiene móvil suele ser partícipe de algún grupo
de Whatsapp de su clase y no se pueden imaginar como las fotografía
de deberes se envían de forma tan rápida.
Dejar
de enviar deberes para casa significa dedicarle a cada sesión un
tiempo determinado para el aprendizaje del alumnado. El profesor va a
detectar de forma más rápida las dudas que puedan surgir en el
alumnado, y detectar los problemas más individualizados en el
desarrollo de la misma. En un ambiente correcto de trabajo se crea un
movimiento colaborativo entre el propio alumnado que enlaza con otras
competencias que son muy importantes que aprendan en su desarrollo
para su integración en una vida adulta. Sustituimos la cantidad de
casa, por la calidad de clase supervisada por el profesor, y evitamos
alumnos que no se enteran de nada de lo explicado porque detectamos
el problema enseguida.
Por
todo esto, un Colegio sin deberes es una evolución en la calidad de
vida de las familias, los alumnos y una mejora en el proceso de
aprendizaje del alumno y un salto en la calidad educativa de un
Centro Educativo.
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