TDA-H ¿Qué es lo normal?. N.K Psicopedagoga y Pedagoga Terapéutica.

Artículo de N.K Psicopedagoga y Pedagoga Terapéutica. Artículo muy interesante.
http://www.educaconsciente.es/reflexiones/tda-h/


TDA-H


¿Qué es lo normal?

ignorando

Primeramente, convendría distinguir entre estos dos conceptos: agitación e hiperactividad.

Sentiré agitación si soy una persona muy nerviosa, aunque voy a conseguir canalizar de alguna forma mi energía. Generalmente puede verse como un grito de alarma que revela a los demás cómo me siento interiormente: desconfiado, temeroso, molesto con la gente que me rodea…
Si soy un niño con conductas hiperactivas, mi comportamiento resultará turbulento y extraño, incluso molesto. Puede que este sea el camino que tantos niños y adolescentes encuentran para ignorar situaciones y escapar de su realidad inmediata. Y es que a veces, la realidad no resulta alentadora ni nos sostiene. Internamente, hay una rebelión contra las circunstancias y los sentimientos no expresados.
necesidad límites
 Sólo la lentitud con la que hacemos las cosas nos permite poner atención y ser conscientes de las mismas. Cuanto más rápido viva mi vida, más lejos en verdad estaré de ella y de mí mismo.
Si nosotros como padres, no estamos energética o emocionalmente centrados-equilibrados, ¿podemos pedir a nuestros hijos que lo estén?
Los hijos cuentan con nosotros sobre todo para que los ayudemos a comprender su realidad. Nuestro cometido es enseñarles a extraer de la vida finalidad y significado”. Shefalí Tsabary

 

Así que…¿Qué es LO NORMAL?

Una vez más serán los expertos los que se encarguen de definir dicha “normalidad”,  de forma parcial, cabe decir.
Para Barkley (científico, psicólogo e investigador norteamericano. Uno de los actuales expertos en Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), lo normal es atender en clase sin molestar, hacer los deberes motivado, no cantar en clase ni tararear ni jugar con los bolis ni dar golpecitos o silbar…
Pero… ¿Por qué es eso lo normal? ¿Desde cuándo?
Por supuesto, aunque es normal que eso no se haga, TAMBIÉN ES NORMAL QUE SE HAGA, las dos cosas son normales, pues el abanico de la normalidad es mucho más ancho de lo que las teorías del TDAH difunden a los cuatro vientos.
Tanto es así, que los síntomas que describen este “Trastorno” NO SON ANORMALIDADES, sino conductas que se encuentran todos los días en todas las escuelas. Comportamientos habituales en un alto porcentaje de niños todos los días. La diferencia está en la intensidad y la persistencia de los mismos y en el grado de tolerancia de quien las vive (padres y profesores principalmente), de manera que no es de extrañar que unos y otros busquen una solución y una explicación, a lo que algunos consideran, la enfermedad que tiene el niño.
Por ello convendría reflexionar sobre los problemas conductuales (de atención, de actividad) o emocionales, que pudiendo ser problemas no por ello son enfermedades o trastornos clínicos. Sin embargo, así es como están siendo considerados, desde el mismo momento en que la distracción se ha convertido en algo patológico.
Aún así, parece difícil pensar libremente, atender a las necesidades profundas que está teniendo nuestro hijo o alumno, haciendo frente o ignorando una divulgación que se empeña en extender la idea de que el niño difícil, o el <<niño problema>>, es un niño desviado por un fallo en el funcionamiento de su cerebro. No importará el espacio que tenga el niño para correr en su casa; no importará si tiene mucho o poco tiempo para jugar; no importará si está preocupado o angustiado por algo, aburrido, o cansado de estar en un ambiente que no le resulta estimulante.
Lógicamente todos los padres quieren que sus hijos tengan éxito en la vida. Si de pronto escucharan que hay algo, un trastorno que padecen varios niños del colegio o del vecindario y que se manifiesta por bajo rendimiento académico, mal comportamiento y por <<pasar>> de hacer los deberes en casa, podrán pensar que su hijo, que hace exactamente eso, es también uno de esos niños que llaman TDAH.
El padre con-vencido por la divulgación (que a menudo es agorera y pesimista alertando de los riesgos de no intervenir químicamente), comienza a creer que los comportamientos más difíciles de llevar de su hijo se deben a un trastorno, y no quizá a otros aspectos naturales de la vida, que aún requiriendo esfuerzo, no son patológicos.
Y no olvidemos que, El PROBLEMA de hablar de ANORMALIDAD es que afecta directa y profundamente a los niños. Si se les cataloga de anormales se les puede considerar enfermos y promover su etiquetado y posterior tratamiento, que en una mayoría de casos consistirá en psicoestimulantes, antidepresivos u otros psicotrópicos, los cuales alterarán su estado natural con la excusa de estar regulando un desajuste neuroquímico, hasta el momento no demostrado, sobra decir.
Llegados a este punto, parece obligado  detenernos y reflexionar de verdad, con honestidad, con seriedad…
¿Qué es LO NORMAL? 
¿Quién decide lo que es o no normal?
Porque nuestra respuesta va a ser determinante en el futuro de nuestros hijos.

N.K
Psicopedagoga y Pedagoga Terapéutica

Comentarios

Entradas populares de este blog

ESQUEMAS T.1. EL INICIO DE LA EDAD MEDIA. 2º ESO