UNA EDUCACIÓN EN COMPETENCIAS. LA RÚBRICA COMO ELEMENTO CLAVE EN LA EVALUACIÓN. LA CLASE COMO ELEMENTO DINÁMICO DEL APRENDIZAJE.



La actual Ley Educativa, la LOMCE habla de la educación en Competencias: (Aprender a aprender, competencia digital, sentido de iniciativa y espíritu emprendedor, conciencia y expresiones culturales, comunicación lingüística, competencia matemática y competencia básica en ciencia y tecnología, competencias sociales y cívicas). El alumno a lo largo de su trayectoria educativa debe adquirir una serie de competencias que le harán desarrollarse como personas en su vida adulta.


Pero hoy día resulta bastante difícil explicar a muchos padres y docentes que quiere decir  esto y más cuando venimos de una educación donde el conocimiento-materia ha estado muy estructurado y aislado heredero de una educación del siglo pasado. Si cogiésemos las preguntas del examen PISA que tan en boca está en los últimos tiempos para evaluar los sistemas educativos nos quedaríamos muy sorprendidos de cuantos adultos podrían responder correctamente. Pero no hay que llegar a esto. Simplemente como padres nos encontramos con un problema muchas veces cuando nuestros hijos llegan a secundaria, sencillamente ya no podemos ayudarlos como antes, nuestros conocimientos se escapan a lo que ellos están estudiando muchísimas veces. Y sin ir más lejos, cuando nuestros hijos lleguen con una muy buena nota en el examen moléstense en preguntarles lo que estudiaron, se sorprenderán cuantos de ellos no recuerdan lo que supuestamente aprendieron.

La clave sería en reflexionar que es conocimiento y en que modelo de aprendizaje nos hemos situado y si realmente es eficaz. Una evaluación sistemática basada en exámenes supone una exigencia memorística, o sea, que el conocimiento es memorístico no significativo, no existe relación entre nuestro día a día y lo aprendido con lo cual es un conocimiento a corto plazo que enseguida es eliminado. Asignaturas con una evolución en la secundaria como Lengua y  Matemáticas que necesitan un conocimiento base para su evolución pueden desarrollar más una retención a más largo plazo del aprendizaje porque necesitan de aquellos conocimientos anteriores para el aprendizaje, pero en asignaturas como Geografía e Historia en las cuales cada curso son contenidos diferentes nos muestran en las evaluaciones iniciales que lo aprendido en cursos anteriores es rápidamente olvidado.

Las estrategias en el aprendizaje hoy día son muchas. Yo voy a desarrollar aquí las que a mi entender hacen que los alumnos mejoren en su comprensión significativa: La adquisición de competencias del alumno y su evaluación a través de rúbricas.  La ley nos marca unos estándares de aprendizaje que debemos desarrollar en el aula, cualquiera los puede consultar en el BOE y en el BOCM. Las editoriales desarrollan sus manuales en función de las leyes educativas, pero en el aula lo primero que hay que aprender es que el manual es un medio, no un fin. Las editoriales no saben que circunstancias tendremos en el aula, sociales, académicas, etc… y es el docente el que debe adaptar el contenido a su aula y el manual debe adaptarse a nuestras necesidades como herramienta útil.

Pero educar, aprender, no es sólo conocer los contenidos curriculares de una asignatura en forma de secuenciación pura y dura hasta final de curso. Si a mis alumnos les explico la estructura estamental feudal es para que comprendan los cambios hasta llegar a una sociedad democrática y al concepto de soberanía nacional. Lo que quiero decir es que tal vez 1 entre mil de mis alumnos estudiarán Geografía e Historia y lo que hay que desarrollar en ellos son las competencias necesarias para desenvolverse en la actual sociedad sea cual sea el camino que van a elegir para ser felices. Estas competencias van a ser las necesarias para ser adultos resueltos y donde los valores y exigencias de la sociedad del siglo XXI estén en ellos y formen una continuidad en los valores que como sociedad democrática debemos inculcar.

Es por ello que cuando evaluamos algunos aspectos del alumno estos no deben ser puramente académicos. El proceso también es muy importante porque es en él donde vemos los valores del alumno. Si desarrollamos un proyecto es tan importante evaluar la adquisición de conocimientos como ver si ha trabajado en equipo, si ha ayudado a sus compañeros, si ha creado un ambiente de trabajo adecuado. El esfuerzo y la forma en que se esfuerza marca los valores personales que ese alumno va a desarrollar en la vida adulta.
Y para ello la herramienta más útil y objetiva es la rúbrica. El comportamiento y la aptitud de los alumnos se define por el sistema de evaluación que le demos. Si sólo valoramos unos exámenes ellos sólo se van a esforzar para unos exámenes y su forma de estar en clase puede llegar a ser pasiva y desinteresada. Modificar la metodología de evaluación crea en el alumnado otra motivación diferente. Es por ello que el porcentaje que se le den a los exámenes en las notas de la evaluación deben ser muy definidos a la baja e introducir otras variantes en su día a día (Proyectos, cuaderno, trabajo, participación, actitud) todo ello con un porcentaje variable que iremos desarrollando. Los alumnos se motivarán en conseguir el máximo objetivo en cada unos de los apartados y de ser receptores de su aprendizaje se convertirán en sujetos activos de éste. Las rúbricas marcarán los objetivos que un alumno debe cumplir para conseguir una valoración máxima y así sentirán que se les evalúa de forma objetiva. Y serán en la metodología de estas rúbricas donde estableceremos las diversas competencias que queremos que el alumno adquiera.

La clase en estos momentos variará en su función tradicional. No tienen sentido un aula donde el profesor sea el centro de atención y todas las mesas miren en su dirección. El alumnado se convierte en protagonista y debemos inculcar unos de los valores más hermosos en el ser humano, la colaboración. Los alumnos se sentarán en grupos de 4 a 5 alumnos y el grupo creará en ellos conciencia de unidad. Es increíble ver como los alumnos a la hora del trabajo colaboran entre unos y otros y el profesor se convierte en un mediador de ese aprendizaje, marcando las pautas y los procesos. Una explicación del profesor no debe durar más de veinte minutos, el resto de la clase debe trabajarse la adquisición de competencias que habremos establecido en el marco de nuestra programación.

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